martes, 30 de diciembre de 2014

Probando 40K Revolution

El viernes pasado, aprovechando las Jornadas Arkadia vigesimoprimera edición, que se celebraron en el municipio de Barakaldo, Yibrael, de La Biblioteca del Gran Nigromante, nos trajo bajo el brazo su último proyecto: 40K Revolution.


40K Revolution es un conjunto de reglas alternativas para Warhammer 40.000, que buscan crear un reglamento estable (que no se cambie cada 2 años, o menos) para este juego de ciencia ficción. Es desde luego una tarea ambiciosa, en la que están trabajando tanto Yibrael como Ragnor.

El poder probar una compilación de reglas con aquellos que la están realizando era una oportunidad que no podía dejar escapar. Así que quité el polvo a mis Cisnes Rojos, y fui a pegarme con los tiránidos del Gran Nigromante.
Muertitos de asco los tengo a los pobres...
El desarrollo de la batalla fue el que debe ser: marines estoicos disparando y disparando desde posiciones elevadas contra hordas interminables de tiránidos, que tarde o temprano acabarían por superarles. A esto le unimos una guardia de la muerte y unos termis que se lanzaron a un desigual cuerpo a cuerpo contra el enjambre. La parte graciosa de la batalla la supuso un land raider cruzado acelerado, que atropelló a un tiránido grande, y procuró acribillar al resto. Bueno, eso, y mis muchachos de los retros, que como siempre no aterrizaron donde debían.


La sensación en general fue buena. Los marines no caían con tanta facilidad como en las últimas ediciones, y los tiránidos, aunque caían, se regeneraban a buen ritmo. La partida no perdió comba en ninguno de los cuatro turnos. Una partida igualada, de las que gustan. Personalmente me lo pase en grande.

El mayor pero fue el del combate cuerpo a cuerpo. Esta parte de las reglas siempre me ha parecido un poco compleja en los diversos sistemas de warhammer 40.000. En este caso, se aplican las reglas de grupos de combate. Esto es, el jugador con superioridad numérica reparte, equitativamente a poder ser, las minis en grupitos, que son los que se van a pegar entre sí. (Por ejemplo: estos tres tiranidos a este termi, estos dos a otro....)


En teoría está bien, pero en una partida como la nuestra, en la que los dos ejércitos tenían una clara orientación al cuerpo a cuerpo, se ralentizó bastante. A esto hubo que unirle unas reglas experimentales de la compañía de la muerte que los hacía bastante duros, y que a pesar de perder combates estuvieron tres turnos trabados cuerpo a cuerpo contra una combinación de guerreros tiránidos, y hormagantes con garras.

La partida acabó en empate, ya que ambos ejércitos conservábamos las bases (aunque asediadas en ambos casos).

Mi sensación general sobre el reglamento fue buena. Han quitado cosas que rechinan de las ediciones a las que he jugado (las unidades retropropulsadas que caigan en un edificio no se destruyen,  las armas pesadas de una unidad táctica pueden apuntar a un objetivo y los bolters a otro...) Si tuviese que definirlo de alguna manera, es un Warhammer 40.000 mucho más intuitivo que las ediciones que he probado (4ª y 5ª sobretodo).

Necrones Vs Lobos espaciales. Se me olvidó sacar fotos de nuestra partida. :P
Puedes hacer casi de todo (otra cosa es que salga bien), y el comportamiento de las unidades es como debería ser: los marines son una burrada, pero son pocos; los tiránidos son bestias pardas al cuerpo a cuerpo, los Land Raiders aguantan carros y carretas de disparos...

Me parece que  40K Revolution, aún teniendo mucho que pulir, es un reglamento entretenido, orientado a los que queremos pasar un buen rato. Su aplicación a torneos competitivos es más problemática. La aplicación de algunas reglas, como la de grupos de combate, requiere de cierta "caballerosidad" que, a veces, en los campeonatos, brilla por su ausencia.


Hay que advertir que este reglamento no abarca el tema de aeronaves, lo cual encuentro comprensible, dado que a esta escala es imposible representar un combate aéreo. Pero hay que avisar a aquellos que no quieran prescindir de sus crúasanes, ladrillos volantes o morros de perro gravitatorios. A cambio hay reglas de bombardeos aéreos u orbitales. 

En definitiva, estamos ante un reglamento gratuito, una compilación de las reglas de 40k de estos años que nos puede permitir desenterrar nuestras  miniaturas, sean de la época que sean. Habrá que seguir su evolución.


domingo, 21 de diciembre de 2014

La avaricia rompe el saco...

El Hobbit, a parte de ser una de las primeras obras de la fantasía actual tal y como la conocemos, es un cuento que habla sobre la codicia, la avaricia y el poder corruptor del dinero y la riqueza. Esta moraleja, que tan clara queda a cualquiera que lea el libro, al parecer se les ha escapado a Peter Jackson y a todos los responsables de la trilogía, irónicamente. Dudo hasta que se hayan leído el libro.


La avaricia rompe el saco, y tratar de explotar un libro de 200 páginas a lo largo de tres películas implicaba muchos riesgos. Pues bien, en la última película de la trilogía, todo se va definitivamente al garete. Jackson se ha visto incapaz de acabar correctamente las tramas que el mismo había abierto, dejándonos una película muy mediocre, que no satisface ni a los que han leído el libro, ni a los que no han podido disfrutar de la novela.

Y es que, menos los 10 primeros minutos de película, que deberían estar en la cinta anterior, el resto es una serie de desatinos sin ton ni son, con mal guión, mal rodados y mal montados.  

El ataque del dragón a la ciudad del lago está bien hecho. La acción, el dragón y todo lo demás. Pero es cuando los supervivientes llegan a la orilla del lago, cuando la película empieza a hacer aguas. Una gente herida, aterida y que lo ha perdido todo trata de salvar a sus vecinos y sus escasas pertenencias. En este momento evidentemente dramático, Jackson mete a un personaje cómico-patético, que empieza a chupar cámara y a romper el ambiente. Este ayudante del gobernador será recurrente y sin sentido durante toda la cinta.


A partir de aquí, el ritmo de la película va a trompicones, y las pocas escenas salvables son las que se ajustan lo más posible al libro. Aún así, Jackson se las apaña para destrozar las pocas escenas interesantes una a una, sistemáticamente. 

Un ejemplo es Dol Guldur: lo que debería ser una lucha de voluntades entre Galadriel y el Nigromante (Sauron disfrazado), acaba en un combate patético entre Elrond y Saruman y unos espíritus cutres de los nazgûl. Todo esto aderezado por diálogos sin fuerza. 


La trama de amor entre Kili y Tauriel es de cachondeo. Realizan unas reflexiones sobre la naturaleza del amor que serían infantiles hasta en una película animada de Disney. El efecto es cómico, a pesar de su pretendido dramatismo. La corrupción de Thorin es muy repetitiva, y su repentina recuperación... poco creible. Sean Bean tenía mucho mas estilo tanto corrompiéndose como muriendo.

Otro error, arrastrado durante toda la película, es el protagonismo de Legolas. Lo que parecía que iba a ser un cameo, se traduce en un Legolas que aparece en la cinta más que casi cualquier enano, hombre u otro elfo. Entre que Orlando no es un gran actor, que el personaje se reduce a un saltinbanqui, y que la trama de la relación con su padre está mal explicada y montada, todas las escenas en que aparece rayan el ridículo. Y para rematarlo, frase lapidaría de Thranduil a Legolas: "Tu madre te quería". Carcajadas en la sala de cine.


Una película basada en una batalla ha de tener a la fuerza una coreografía de combates creíble. Desgraciadamente, los movimientos de combate absurdos vistos en La Desolación de Smaug siguen aquí hasta limites inimaginables. En muy pocos momentos tenemos la sensación de que alguien esté pegando o hiriendo a alguien. Daín, quizá el personaje enano más logrado en la película, es un ejemplo de esto. Tras una carga en cerdo más o menos aceptable, empieza a dar cabezazos a los orcos. Pero no son cabezazos: los remata de cabeza, como a un balón de fútbol. Y los orcos se caen de maduros. Los coreógrafos en vez de expertos en esgrima mediaval, artes marciales o algo, los han debido de sacar de Locomía.

A esto hay que unirle el tema de audiencias, por que no hay sangre casi. Y leñe, que es de esas cosas que aportan realismo. Que Thorin apuñale a Azog en el corazón y el puñal salga limpio por el otro lado...

La coherencia en la película es un desastre: Estatuas que aparecen enteras despues de que las tiren abajo, trolls que campan a sus anchas de día, mientras el sol brilla sobre la nieve, cabras que aparecen de la nada en mitad de la batalla, elfos, que en vez de tirar flechas, saltan por encima de los enanos para unirse al combate, Dardo, Orcrist y Glamdring no brillan....


Y más allá de lo mala que es la película, las patadas a la obra de Tolkien son constantes. El intentar meter Angmar con calzador, (que en los mapas de la Tierra media está a tomar por saco de la Montaña solitaria...) la aparición de los gusanos de Dune, la reducción del papel de Beorn a la de un oso paracaidista... han dolido a muchos, entre los que me incluyo. La batalla es de los cinco ejércitos (es el título): humanos, elfos y enanos contra trasgos y lobos. Los lobos no aparecen y los trasgos son Uruk-hai hiper-musculados.

Para rematarlo, el final de la batalla es confuso. Hubo preguntas de "¿Pero la batalla ha acabado?". Despedidas con menos fuerza que las del libro. Personajes que se pierden de vista. Escenas mal llevadas, como la de la comarca. Y un guiño al comienzo de el Señor de los Anillos para acabar, que la gente no muy puesta no entendió. 


¿La sensación? Parece que a Jackson le han impuesto estas tres películas. Las ha resuelto sin mimo, sin ponerle interés y sin fijarse en los detalles. Las ha despachado por la vía fácil: efectos especiales a tutiplen, y evitar los diálogos y las escenas en que un director ha de demostrar lo que vale. En ESDLA tuvo algunos fallos de estos, pero aquí son dos horas y diez minutos de error sobre error. 

Hay quien dirá que en la versión extendida mucho se aclarará.... pero una película en una sala de cine ha de ser un producto terminado. Esto es una chapuza, y Jackson tiene mucha cara al permitir que se presente así. Mas que el metraje extra de la versión extendida, quiero ver lo que grabó Guillermo Del Toro.

La avaricia rompe el saco, y en este caso se ha roto completamente en la tercera entrega. La tercera película, la que debía remontar a las otras dos, que flojeaban bastante, ha resultado ser la peor de las tres. Sin ninguna duda. 

El cine, cuya vocación es crear una fantasía, aquí se ha dedicado a destrozarla.








miércoles, 3 de diciembre de 2014

Hijos del Herohammer

Con este titulo, digno de alguna canción heavy, rompo el silencio que ha mantenido el blog durante estos últimos tiempos. Con este vertiginoso y poco acertado avance que estamos soportando a raíz del fin de los tiempos, ha surgido un fantasma que entre los jugadores se creía olvidado: el Hero-Hammer.

Y es que con la regla de poder introducir hasta la mitad de puntos del ejército en héroes, muchos se echaron las manos a la cabeza. Duró poco, ya que a la semana siguiente salió seguramente otra cosa para comentar, y no se cual, por qué he perdido la cuenta.

Lo que sí sé es que yo empecé en esto en aquella época "negra" del Hero-Hammer. Sí, esa época en que los héroes barrían unidades enteras, y las batallas se decidían al choque entre dos miniaturas. Pero la verdad es que entonces no lo veía tan mal, y aún hoy en día creo que tenía su encanto.

Los aficionados a los wargames de fantasía no solo nos gusta la fantasía, si no también la épica. Y, ¿Que es más épico que un héroe venciendo a un enemigo que le supera en número? ¿Quien no se ha acordado de Boromir llevándose a veinte orcos por delante antes de morir? ¿O a Gimli matando orcos a docenas?


Por eso, cuando empecé a jugar, no veía raro que un malvado general del caos, con unos pocos caballeros, se llevase por delante a montones de enemigos. O que un vampiro arrasase las líneas de mis pobres elfos silvanos. Eran personajes poderosos y su peso se hacía notar.

También deciros que, cuando empecé en esto del warhammer, me metí con elfos silvanos, pues pensaba que serían un ejército de pocas miniaturas (inocente de mí). En mi mente estaban los poderosos elfos de El Señor de los Anillos, que mataban Balrogs alegremente, o hacían huir a los nâzgul con su sola presencia.

Por supuesto, esto no resultó así, pero para mí la idea de una batalla entre un pequeño grupo de elfos sorprendido por una horda goblin sigue teniendo su encanto. O una fuerza bretoniana compuesta principalmente por caballeros de renombre, o un ejercito compuesto solo de vampiros, o ...


Por supuesto, que los ejércitos masivos tienen su punto, como esas chusmas de goblins, esqueletos o skavens, y hay a quien le gusta los ejercitos monstruosos, como los trolls o los ogros. Es en esta variedad, y en estas posibilidades en la que surgen la épica y la fantasía. 

Por eso creo que el Hero-hammer no es malo en sí. El verdadero mal que ha atenazado a este wargame desde que comencé con él, y que al parecer lo va a acompañar hasta su final, es lo que llamo el combo-hammer.

El combo-hammer es la manía que tienen algunos wargameros de buscar combinaciones más o menos legales (y más menos que más trasfondísticas) para ganar el juego. A poder ser, antes de que empiece el despliegue. 

En nuestra época esos combos se solían formar con objetos y personajes. Pero con el tiempo, se han producido en unidades y estandartes, unidades y equipo... Este mal ha tomado muchas formas, pero al final siempre es lo mismo: partidas aburridas y listas clónicas (que incluyen el combo, o pelean contra él).

Este combo-hammer se disfrazó de Hero-hammer en mi época. Pero lo mismo que el Hero-hammer nos dejó, el combo-hammer siempre ha estado ahí, acechando para hacer de tus partidas un desastre.

Por otro lado, lo que parece venir bajo este nuevo Hero-hammer, es realmente un monstruo-hammer: una forma de poder meter esas monstruosidades, cada vez más grandes, que cierta compañía quiere vender. Esto está alejado de aquel Hero-hammer, una de cuyas principales ventajas era abaratar el coste de los ejércitos, al incluirse menos miniaturas. 

Por eso no me avergüenzo al decir que soy un hijo del Hero-hammer. Cuando empecé, me planteé el juego de esa forma: una lucha de héroes en una batalla. Una especie de juego de rol dentro de una contienda.

Otros vieron una forma de ganar segura y fácil. Y ahí es donde se fue todo al garete.  

Pero eso no evitará que mis héroes sigan cargando de forma osada contra el enemigo. Aunque ya no vayan a arrasarlo de un espadazo, ni vayan a aguantar infinidad de turnos. Por que para mí, parte de la esencia de este juego son esos poderosos personajes, solos en mitad de una batalla.   

sábado, 8 de noviembre de 2014

Shadowmarch: remake de Añoranzas y Pesares.

Hoy nuestro querido señor Endakil ha tenido a bien críticar el libro de Shadowmarch: La Frontera de las Sombras, de Tad Williams. Por mi parte, me he leído los cuatro libros, así que vamos a torturaros con un post doble de esos que tanto aborrecéis.


Tad Williams es un tipo que sabe escribir. Obviando los fallos de traducción, cada vez más numerosos en los libros que se venden en este país, es capaz de llevar a cabo una trama sin dejar de lado las descripciones de los personajes, y del mundo que les rodea. Tras leer el primer libro de el fin de los tiempos, ha sido un descanso para la vista. 



Pero no estamos ante el mejor de sus libros. El Sr. Endakil dice observar cierto plagio a Juego de Tronos, y en Juego de Tronos observo cierto plagio a una obra anterior: Añoranzas y Pesares. Obra escrita por el propio Tad Williams. Es decir, el autor se plagia a sí mismo. 

Y es que los paralelismos abruman: Briony nos recuerda mucho a Miriamele. Su gemelo parece una mezcla de Simón y Josua, Silex nos recuerda al entrañable Binabiq, el poderoso Autarca tiene un aire marcado a Pryrates, Vansen tiene un aire a Eolair... Y las hadas enemigas son muy similares a los Sitha y las Nornas de Añoranzas y Pesares. Si hasta el castillo de los buenos está hueco por dentro...



El desarrollo de la obra es muy similar a el "original" por lo que es previsible para aquellos que hemos leído los libros publicados entre 1990 y 1994. Desgraciadamente, esta obra carece de la profundidad de los primeros libros en cuanto a trasfondo, complejidad de la historia y de los propios personajes.  

Es quizá en los personajes secundarios donde pierde la historia: no encontramos esos personajes tan memorables como Guthwulf, Insgrimur, Aditu, Tiamak, Padreic, Einsklandir, Isorn... Tampoco t
enemos tantas situaciones tan impactantes e intrigantes como las que nos regalaban los primeros tomos.



Aún así, no son unos libros que se hagan difíciles de leer. Hay personajes carismáticos, pero menos que en la saga de los noventa. Además, el final no me parece tan redondo como fue el de "Memory, Sorrow and Thorn".

En definitiva, estamos ante un Remake de Añoranzas y Pesares. Es un remake que, sin ser un mal libro, no nos aporta nada de nada frente a la obra original. Si os gustó la primera trilogía de Tad Williams podéis pasar un buen rato con él.

Si no habéis leído nada de él, ya estáis tardando en leer Añoranzas y Pesares. Imprescindible para los aficionados al género fantástico. 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Giganta de Reaper

 Por ahí están venga  a pedirme progresos de lo que estoy pintando, que no es mucho, así que os voy a enseñar esta "miniatura", que he ido pintando a lo largo del verano, cuando me cansaba de otros proyectos. Es Yephima, Female Cloud Giant, quizá una de las mejores miniaturas de la gama Bones hasta la fecha.


Es prácticamente una miniatura de 75 mm, por lo que me ha valido para calentar pinceles de cara a futuras miniaturas de esta escala que me va a tocar pintar. No estoy del todo insatisfecho con los resultados. Podría haber mejorado los trazos de la piel, el pelo, y esos labios que han quedado un poco "carmen de mairena".


Me habían advertido que muchos de los "trucos" habituales de los 28 mm no iban a funcionar. Me olvidé de los lavados, del pincel seco, y me puse a ello con pintura diluida. Opté por un esquema de giganta "vainilla", con la intención de poder usarla en varios juegos. La armadura tiene claros aires romanos, ya que me parecía que era lo que pedía su forma. 

En cuanto a la miniatura, decir que el diseño es genial, pero que el acabado es un poco bones. Tiene una linea de molde en lo alto de la frente, que al atravesar el pelo es muy complicada de quitar, y el diseño de la parte derecha de la armadura me venía muy poco definida, así que lo he ignorado menos en la parte de arriba. 

Los halflings están encantados con su nueva compañera. Uno siempre se siente mejor cuando lleva una giganta detrás...
De momento, su destino va a ser el ejército de halflings que tengo de Mayhem. Si hoy en día se juegan "miniaturas" de 22 cm con miniaturas de 28mm, no veo por que no puedo incluir esta giganta en un juego de 15mm. Se que los halflings siempre han ido acompañados por hombres árbol. Pero me ha parecido gracioso que vayan acompañados por una giganta con instinto maternal. (Y así podemos probar las reglas de gigantes de este juego.) Pero puede valer para warhammer, o incluso de avatar de diosa de algún tipo. 


En definitiva, es una miniatura a un precio increíble, y queda muy arreglada. Pero sobretodo, me ha parecido muy entretenida de pintar. Como os he dicho, la he usado de "golosina", para pintar entre proyectos un poco más áridos.


"Nozotroz ya colaboramoz con ezta giganta en algunaz ocazionez. La verdaz ez que reparte buenaz tortaz, pero noz acabamoz zeparando de ella. ¡Noz obligaba a tener el campamento limpio y ordenado, y a ducharnoz una vez por zemana! Eztabamoz convirtiendonoz en el hazmerreir de todaz laz tribuz y peñaz. Un día, mientraz ze duchaba en una cazcada, zalimoz corriendo. Hemoz oido que ahora trabaja para los triponez bajitoz."

Karmik Luzkekema, chaman goblin. 


sábado, 18 de octubre de 2014

De pintura y auto-crítica.

Cuando necesito reírme un poco me paso por este curioso facebook de Pro Painted. Me recuerda que siempre hay gente, que por desgracia, pinta peor que tú (Para ver a la que pinta mejor, hay infinidad de blogs en la forja de marte). Pero este no es el pecado de esta gente. A nadie le condenan por ser un mal pintor (si no, algunos tendríamos por delante muchos años de cárcel). El verdadero problema con estas personas es su deshonestidad, no solo con los demás, si no consigo mismos.
Inmolator "pro-painted", pintado por mi mismo. Lo vendí, y espero que la compradora ya lo haya metido en líquido de frenos. Por el bien de la humanidad.

Y es que decir que una miniatura está pintada a nivel profesional, o muy bien pintada, es algo serio. La gente que pinta realmente bien dedica un tiempo inmenso a acabar sus miniaturas. Comparar nuestras chapucillas con esas obras de auténticos maestros, me parece una falta de respeto.

Pensad que esta gente que habla de Pro painted refiriéndose a un par de horas de desgana, y de todo vale, pretendiéndose comparar con días y días de trabajo preciso, de experimentos con luces y tonalidades, y de dedicación. Con esta definición de pro-painted estas infravalorando el trabajo de una persona que, aunque duela reconocerlo, lo hace mejor que tú. 


Sé que vivimos en un mundo en el que el marketing es importante, pero hay un punto en que esta "publicidad" pasa a ser una mentira grande y gorda, como dicen los anglosajones. En este mundillo de las miniaturas, las fotos, pese a la iluminación y el fotochó, son muy chivatas, y la verdad siempre sale a la luz. 

Hay dos cosas preocupantes en este asunto de los "pro-painted" tan particulares:

1- Mucha gente que pinta  en este estilo "pro", parece sufrir de cierta ceguera. No parece capaz de distinguir las abismales diferencias entre sus miniaturas y las de la gente que pinta mejor que él.

2- Pensar que eres el mejor, o de los mejores, bloquea tu proceso de aprendizaje, ya que te hace desestimar las críticas de otros, que, probablemente, sepan más que tú.



Hay algo que tenemos que aprender: la crítica no es algo que se usa para hacer daño a alguien, si no que debe ser algo constructivo, orientado a mejorar, bien la obra que se critica o bien las obras futuras. A todos nos fastidia que se nos critique. Pero mi enfado ante las criticas va dirigido hacia mí mismo, por no haber sido capaz de hacerlo mejor, no hacia la persona que me ha criticado. 

Pero, por encima de todo esto, si hay algo que todo pintor debe saber, es reconocer los distintos niveles de pintura. Internet nos ha abierto los ojos a grandes maestros, a gente que sabe hacer cosas apañadas, a aficionados, y a auténticos chapuceros. Es tan fácil como aumentar la foto y ver si eres capaz de distinguir las líneas, los trazos, las transiciones y demás. Y, desgraciadamente, hay casos en que, sin aumentar la imagen, vemos los grumos, o que la mini "pro" ni siquiera esta bien coloreada. (Es decir, que los colores se han salido de sus zonas)


Muchos me diréis que el arte tiene muchas formas. Pero para mí la suavidad en las transiciones, la finura en los trazos, la definición y el detalle en el acabado de la miniatura, son verdades universales, los cimientos de una buena miniatura. Habrá quien me diga que una mini pintada de blanco y con un trazo rojo es arte y representa un montón de emociones... pero para mí seguirá siendo una chapuza. 



Con estas sencillas pautas, podemos determinar fácilmente cual es nuestro nivel aproximado de pintura. Otra cosa es que queramos o podamos mejorarlo. Requiere tiempo y esfuerzo. Pero no nos engañemos ni intentemos engañar a nadie. Nuestro nivel es el que es ( y el mio es aficionado con dejes de chapucero). 

Las miniaturas no mienten. No mientas tu tampoco. Ni a ti mismo, ni a los demás.  

miércoles, 17 de septiembre de 2014

El Retorno De Nagash, la ¿Novela?

Por fin he acabado de leer El Retorno de Nagash, la novela ambientada en este avance de trasfondo de Warhammer Fantasy, y contra todo pronóstico, no se me han caído los ojos de sus cuencas. Voy a pasar a dar mi opinión de él, y no me voy a cortar con los spoilers, ya que, por un lado andan en todas las esquinas de la red, y por otro, no merece la pena leer este libro.

No me andaré con rodeos: es un mal libro. Con todo, sospecho que no será, ni con mucho, el peor de los escritos para Warhammer Fantasy. Las razones de su baja calidad son varias, así que voy a intentar enumerarlas:

1. El autor:  Josh Reynolds es un destajista a sueldo de GW. No es el peor autor que he leído, pero carece del talento para manejar una novela como esta, con regusto mal disimulado a juego de tronos, y que parte con muchos personajes en el elenco. El autor no sabe manejarlos, ni muchas veces que hacer con ellos. (Huy, Malfleur (suponemos que es la bruja del grial negro, por que explicarlo, no lo explica) se nos ha "quedado atrás" al cruzar el muro de Sylvania. ¿Quien se deja atrás a la bruja malvada mas famosa de Bretonia?)

2 La coherencia: Con esto no hablo de la coherencia con el trasfondo anterior (Me la reservo para el siguiente punto) si no en la historia y las motivaciones de los personajes. Al parecer Arkhan y después Erikan (un necrofago transformado en vampiro) quieren que Nagash vuelva para que les mate y les de el descanso eterno. Tal cual. Suicidarse es demasiado sencillo. Manfred quiere que Nagash vuelva para controlarlo y dominar el mundo. En ningún momento nos deja claro como va a meter en vereda al gran nigromante... Y eso que medio libro trata de Manfred hablando consigo mismo. 

Otra historia son los comportamientos de las facciones. Por ejemplo, un rey matador promete encontrarse con un ejército imperial dentro de Sylvania, pero en el camino se cruza con una horda de hombres bestia, que diezman su ejército. Pues va y como ha perdido a muchos, se da la vuelta... no acudiendo a su cita ¡Un enano! ¡Y matador además! Yo no hago un ejército de barbudos, pero de hacerlo me sentiría muy ofendido.

No se cuantas páginas explicando como morir en duelo honorable. 

La estrategia bretoniana es: cargar contra el enemigo más fuerte, y morir intentando matarlo en duelo singular (somos así de listos). Lo hacen dos veces en el libro. Los imperiales hacen lo mismo pero con cañones. Los vampiros no son mucho mejores: Arkhan y Manfred son traicionados por dos vampiros respectivamente. ¿Les clavan un puñal por la espalda...? No, les declaran sus intenciones y les atacan de frente. 

El premio es quizá para los hombres bestia: en Bretonia se dedican a hostigar y a llevar a los bretonianos contra los no muertos. Pero en Silvania, los no muertos se la lian de la misma forma, llevándolos a los enanos. Como que te maten con tus propios cuernos, vamos. 

3- Patadas al trasfondo: Eltharion se ha hecho una operación de retina. Nagash se ha debido de morir para que lo devuelvan a la vida...No soy un gran seguidor del trasfondo de fantasy, pero esto no huele bien.

Por cierto, unificación de Fantasy y 40k en todo: los dioses se nos sugiere que funcionan de la misma manera. 

4- Personajes poco carismáticos: todos los personajes parecen cliches (Y liches tambien hay, si). El que más se salva es Erikan, el vampiro necrofago, pero está totalmente desaprovechado. Para rematarlo, los diálogos interiores de Manfred o de los Skaven son aburridísimos. Arkhan es soso, Volkmar solo lanza maldiciones al viento, Morgiana, a parte de ser vampira, ha pasado a ser una histérica, Krell parece Kevin Costner en el guardaespaldas: está allí para salvar nigromantes varios...
Dioooos!! quien escribió este libro??

5- Repetición: Las batallas, las luchas entre personajes, parecen calcadas unas de otras. Aburren, y en cuanto empieza un duelo dan ganas de pasar paginas sin leer. Pues es que al parecer, lo mas fácil en una confusa batalla es encontrar al general o paladin enemigo y retarle a un choque de espadas. 

6- Poca claridad: Sobretodo en las muertes, hay personajes que no se sabe si mueren (Kemmler desaparece en un crater tras una colisión mágica) otros no se sabe si los hacen vampiro... (La novieta de Tyrion). Pero en general la sucesión de hechos, mal explicados, deja bastante confuso al lector. Y eso que yo tengo algo de conocimiento del mundillo de fantasy. Parece que para leértelo te has de comprar el manual de la campaña. 

7- Guión nefasto: el argumento es este: hay que recuperar los tesoros de Nagash para resucitarlo. Y ¿Por que resucitarlo? Por que Nagash debe alzarse. Ha llegado la hora. 


MI REFLEXIÓN

Tras tantos años anquilosado, el trasfondo de Warhammer es un mamotreto muy difícil de mover. Games Workshop tendría que haber recurrido a sus mejores escritores, y haber repasado todo lo escrito hasta ahora para ver como sacarlo adelante. Y aún así no tendrían asegurado el éxito. 

Sin embargo, lo han dejado en manos de una persona que no estaba a la altura (ojo que seguro que escribe mejor que yo), y además, parece que le han impuesto los sucesos que ha de narrar. El resultado es un libro que va a trompicones. Que, a pesar de sobrarle tres cuartas partes de las páginas, no explica, ni narra en condiciones. No engancha, a pesar de todo lo que pasa y todos los grandes héroes y personajes que se mencionan.

Una vez leído el libro, el avance de Fantasy me parece forzado. Sin unas novelas o relatos que lo doten de calidad, o de cierta lógica y coherencia, va a quedar muy cojo. Aún queda tiempo para que lo corrijan, pero, por mi parte, si no veo autores reconocibles, o críticas buenas, no voy a perder el tiempo con estas "novelas".

De momento, lo mejor que podéis hacer es olvidaros de este libro y leer el resumen de los cambios de trasfondo en el libro de campaña o en los numerosos blogs que los están recogiendo. (Por que además el libro no llega ni a la designación de los Mortarcas.) Es un libro que tiene un continuara escrito prácticamente en la mitad de las hojas. Deja más preguntas que respuestas. 

Hay una parte del libro que ilustra mis sensaciones: en medio de Silvania aparece una diosa elfa, y les dice a una partida de elfos silvanos que ya no pueden hacer nada por la princesa eterna (la princesa de Ulthan). Les dice que, si lo desean, les puede llevar a un lugar donde sí son necesarios. Por supuesto aceptan. 

Yo también hubiera dicho "Oh si, diosa elfa de la que nunca he oído hablar, llévame lejos de este esperpento."



martes, 9 de septiembre de 2014

Epilogo a la guerra en color veraniega

Bueno, pues tras dejar una semana la votación abierta, dejando que expresen ustedes sus gustos pictóricos, y tras veinticuatro votos, ya tenemos ganador de esta guerra en color veraniega. 


La verdad es que me siento un poco decepcionado: esto de la democracia es un rollo, no poder maquillar los resultados, ni meter mano en los premiados le quita gracia a todo esto, pero bueno, así son las moderneces.


Como veis, menos por el ganador, ha estado todo bastante repartido. Quiero daros la enhorabuena a todos, y seguir animándoos a que pintéis, que lo importante es gustaros a vosotros mismos. 

Como siempre me pondré en contacto con el ganador. 


Espero que hayáis disfrutado de este reto. Si se me ocurre otra cosa para concursar, os informaré sin falta.

Gracias a todos y un saludo en color!!


lunes, 1 de septiembre de 2014

Guerra en color veraniega: los participantes.

Bueno pues la guerra en color veraniega ha llegado a su fin. Y esta vez he sido yo el que he fallado, tenía una mini preparada, pero entre trabajo, vagancia y demás historias, al final no ha podido ser. Tendré que buscar como redimirme...

No he sido el único, Macadamusmundi o Airgoblin tenían intención de hacerlo, pero no han llegado a tiempo. 

Pero vamos a hablar de los que si que lo han conseguido, aquellos que han desafiado al calor estival para traernos sus miniaturas en tonos metálicos. Espero que os gusten.

Kerun ra de apocaleches con su alto elfo de clara inspiración marinera. Muy refrescante:

Luffy Strawhat nos trae un miembro de la guardia sanguinaria que ha estado al sol y viene muy doradito.

El Niño Borracho nos trae un cañon caliente-caliente.

The Dark Painter nos trae unos Rompehierros old style, pero que los ha puesto a la moda para este verano.

Narrador nos ofrece un bonito trabajo de chapa y puntura, para una mini de D&D juego que ha estado en boca de todos últimamente. 

Dann optó por una chica de Hasselfree, la misma marca que la miniatura del premio. Solo que esta va más tapadita.

Barahair nos trajo unos cañones gretchin, que valen tanto para la playa como la montaña.

Brunelleschi nos trae un capitán de reikland, demostrando que los gorros con plumas le van bien a la armadura.  Y tambien tiene un como se hizo

Victor honrado nos trae una mini que no estoy seguro de que la haya pintado en verano. Se le ve el plumero... o el cepillo. 

Epsilon nos trae una banda de barbaros, y valiente de él, se ha lanzado con los Metálicos no metálicos.

Estos son todos los participantes, creo. si me he dejado a alguien por favor que pegue un berrido en la caja de comentarios. 

Y ya estoy reclutando a unos alegres jurados...