Mi reciente visita al desafío wargames, me ha reactivado un poco. Me ha dado por volver a escribir, y por volver a pensar en esto de los wargames.
Cuando iba al desafío, mi mente se iba preparando para aglomeraciones de gente, para una muchedumbre ávida de novedades y de conocer a algunos de los "grandes" en esto de los wargames.
Cuando llegué, encontré toda la grandeza de estos nuestros juegos de guerra, pero no encontré la muchedumbre que esperaba. No quedé decepcionado con el evento, si no con la falta de gente que se pasó por allí a ver este gran espectáculo.
Viendo los esfuerzos de la organización, todo el talento que se juntó en esas jornadas, creo que la asistencia de gente fue escasa.
Con esto no quiero criticar a los que con su tiempo y esfuerzo han montado estas jornadas. Al contrario: han conseguido más de lo que me imaginaba, o pensaba. Han superado con creces mis expectativas.
Lo que quiero constatar aquí es un hecho: cualquier salón del comic o evento de video-juegos tiene más tirón que nuestro humilde hobby. He visto el salón del cómic de Getxo, o el Game gune de Bilbao( Game del inglés=juego gune del euskera=lugar) y mueven mucha más gente que el Desafío Wargames, referente de nuestra afición.
Como digo, esto no es una crítica al Desafío, al contrario: esta gente de Zaragoza lo ha dado todo por nuestra afición, pero no ha conseguido la repercusión de otros eventos dedicados a otras formas de hobby. ¿Que es lo que ha fallado?
Nuestro hobby, nuestra afición, parte con claras desventajas frente a otras alternativas de ocio: requiere tiempo, espacio, paciencia, esfuerzo, un compañero de juegos (o más), y cierto desembolso de dinero inicial. Otras áreas del ocio, como los video-juegos, magic, etc... no se enfrentan a tantos obstáculos. Y poco a poco esto se hace notar.
Nuestras impresionantes mesas han ido perdiendo terreno frente a las pantallas de los videojuegos, y frente a otras aficiones que prometen muchas más cosas por mucho menos esfuerzo.
Esto no lo podemos cambiar. Nuestra afición tiene estas dificultades (y también esta parte de auto-realización). Pero durante mucho tiempo, al menos aquí, en la red, hemos presentado un frente dividido.
Las diferentes formas de entender el hobby han chocado, en demasiadas ocasiones, de forma agresiva, generando debates. El debate en sí no es negativo, pero los ataques, muchas veces personales, que han surgido desde esas discrepancias nos han perjudicado. (Y yo, entre otros muchos, he tomado parte en estas rencillas)
Aunque parezca apocalíptico, hay que afrontarlo: el relevo generacional en nuestra afición corre peligro. Quizá llegue un momento en que demasiado pocos sigamos el camino de la pintura de miniaturas y los wargames. Quizá llegue un momento en que seamos una rareza: frikis entre los frikis.
No tengo la panacea para este problema. No sé si existe solución, ni si entre todos podemos salvar nuestro mundillo. O si este merece ser salvado. Lo que si creo, lo que sí me gustaría, es que nuestros debates, nuestras discrepancias, no derivasen en rencillas. Ha llegado un momento crítico en nuestra afición en que debemos de presentar un frente sano y unido.
Con esto creo que demostraremos todo lo bueno que los wargames pueden aportar a cualquier persona. Demostraremos todo lo que tiene que dar nuestra afición. Creo que el tiempo del ego ha pasado. El pensar que mi visión del hobby es única y verdadera es una idea caduca. Luchamos por la supervivencia de nuestra forma de ver el ocio.
Con esto no garantizo la continuidad de nuestro hobby. No os prometo que montones de chavales vuelvan su vista a las miniaturas. Pero al menos tendremos la tranquilidad de saber que, en el momento decisivo, luchamos espalda contra espalda por nuestra afición.
Durante el desafío he conocido a mucha gente, he conocido muchas opiniones. Pero me he dado cuenta que todos navegamos en el mismo barco. Es un barco con destino incierto, pero ¡que narices!, es nuestro barco.
Como conclusión, solo pido una cosa: comentaristas y blogueros, cuando escribáis un post, un comentario, creéis una iniciativa, o hagáis cualquier cosa, anteponed nuestra afición a vuestros intereses personales. El tiempo del troll toca a su fin, llega el tiempo del ser humano. Nos queda poco margen, y tenemos que crear una comunidad con futuro.
La única duda que tengo es sí de verdad tengo razón, o si no me tendría que haber bebido esa última cerveza....