Esta mañana he vuelto a consultar la sección de "Hoy destacamos" de Games Workshop, y por un momento he sufrido un "Dejá Vú", al pensar que este artículo ya lo había leído. Lo cierto es que no era así, ya que se trataba de otra entrada más hablando del juego Dreadfleet. Con tanto bombo, nos están saturando con el juego de los barquitos.
Y es que, desde que se anunció su salida el 16 del mes pasado, solo el Games Day Inglés ha conseguido interrumpir el chaparrón de artículos en referencia a este nuevo juego de tablero. A pesar de ser una edición limitada, la propaganda que se le esta llevando acabo por parte de la compañía inglesa me parece bastante más fuerte que la que se hizo de Reinos Ogros hace unas semanas.
Creo que podemos deducir que el nivel de prepedidos no está siendo el esperado, y la razón probable es que el producto no casa con los que vienen siendo últimamente artículos estrella en Games Workshop, los dos Warhammers.
Estamos ante un juego de tablero, y probablemente sea de calidad. No olvidemos que GW ha creado juegos de tablero inolvidables, como Hero Quest, por lo que creo que tienen recursos para hacerlo bien. Pero es quizá esa condición de juego de tablero, lo que no lo haga atractivo para sus seguidores.
Llevamos mucho tiempo jugando a wargames abiertos, en los que tu te montas tu propio ejercito y lo vas aumentando, con el correspondiente negocio para el fabricante. Enfrentarnos a Dreadfleet es volver a los juegos donde las fichas de cada bando están contadas, donde no hay posibilidades de tuneado o modificación. Esto no está mal, y puede ser muy divertido, pero a muchos nos obliga a una severa reprogramación de nuestra mente.
Otra cuestión es que en juegos de tablero hay muchas otras marcas que llevan trabajando en este sector de forma continuada, incluyendo regularmente ampliaciones y módulos para sus juegos. Sin embargo Games Workshop nos saca un producto puntual, sin visos de continuidad, y con una tirada limitada. Esto genera dudas de si podremos aprovechar bien los 90 euros invertidos en el producto. A mi, desde luego, las cuentas no me salen.
Es inevitable pensar que el anterior producto de similares características, Space Hulk, tuvo una buena acogida. Sin embargo hay que tener en cuenta que este juego ya contaba con una base de seguidores antigua. A esto hay que añadirle que las minis eran adaptables a Warhammer 40.000.
Dreadfleet sale también a la sombra de Manowar, pero sin ser el mismo juego. Esto puede ir en su contra. Espero que al final acabe siendo un gran producto, y tenga éxito, aunque los vientos parece que los vientos no soplan a su favor. No se si al final se les hundirá la flota.
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